Mediante la termografía y equipos de medición individuales de la tensión e intensidad de los módulos podemos determinar las pérdidas que ocasionan una o varias células calientes en un módulo fotovoltaico.
Las pérdidas variaran en función de la gravedad del defecto y también de la temperatura del módulo y de las células afectadas.


En las anteriores imágenes podemos ver la comparación de 3 módulos fotovoltaicos (paneles) dos de ellos sin defectos detectables con termografía y uno de ellos con una o varias células afectadas (células con grietas).
Los módulos no afectados nos dan una potencia alrededor del 80% (*), y los módulos con defectos localizados con termografía ofrecen una potencia entre el 58 y el 64%, dependiendo del defecto y las temperaturas.
Como podemos ver solamente cae el valor de la tensión (V) no la intensidad (I), pero que afecta a la producción.
La termografía es una técnica fundamental para las inspecciones en plantas fotovoltaicas (y en otras renovables) ya que conociendo el tipo de defecto podemos determinar la evolución de los módulos a lo largo del tiempo.
No todos los defectos localizados mediante termografía se comportan de la misma manera a lo largo del tiempo, algunos no evolucionan y otros pueden dejar el módulo sin producción, lo que afecta al string o serie donde está conectado.
Las inspecciones manuales proporcionan más información que las inspecciones realizadas mediante dron, aunque estas evidentemente pueden ser mucho más rápidas.